Tus palabras me han hecho daño y también me han abierto los ojos. No hay un futuro para nosotros, aunque por momentos nuestras miradas digan lo contrario. Pero tengo que quedarme con tus palabras, que aunque duelan, expresan lo que tú quieres.
He intentado demostrarte de alguna manera lo que siento, que llegues a ver como soy y todo lo que puedo darte. Pero al final veo que sí, que aunque puedo conseguir en parte mi propósito, no te fijas en mi de esa manera. O tal vez sí, pero decides no arriesgarte. No hay insinuaciones, no hay provocaciones, solo hay miradas y lo que hemos pasado en otras ocasiones.
Espero que ahora sí haya llegado el punto y final de esta historia. Que pueda pensar en ti como lo que eres y no como lo que quisiera que fueras, que pueda hablar contigo sin que mi corazón lata con fuerza, ni que sienta mariposas en el estómago.
Pero creo que ambos sabemos que esto no es un punto y final, sino un punto y aparte donde escribimos otra historia, aunque no sea la que ambos queremos; la de nuestro deseo.
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