Hoy he sentido una sensación tan extraña que me resulta difícil explicártela en palabras aunque siempre se me ha dado bien expresar mis sentimientos.
Te he observado hablando con mi familia sentados todos juntos comiendo, y te he visto tan integrado, riéndote con mi hermano y mostrándole cariño a mi madre, que he sentido una felicidad tan grande, que me ha hecho emocionarme.
Es difícil que tu pareja se lleve bien con tu familia, es algo complicado por las diferentes maneras de ser, por los roces que suelen existir. Pero ahí estabas tú, sentado como si lleváramos juntos tantos años que fuera algo común, cuando en realidad ha sido la segunda comida familiar para ti.
¿Sabes qué? Te quiero más por eso. Por ser como eres, por mostrarte tal y como eres con mi familia y por hacerme tan feliz. Porque mientras hablabas con todos, nuestras manos estaban enlazadas debajo de la mesa, con tu pulgar acariciando mi mano.
Y mientras ahora te veo dormir plácidamente en la cama con tu cara angelical, me he dado cuenta de algo que hasta ahora no había sido consciente; he nacido para hacerte feliz.
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