jueves, 9 de diciembre de 2010

Entre la vida y la muerte


Entre la vida y la muerte. Siempre nos encontramos en medio de la balanza. Nadie tenemos asegurada la vida. Venimos de paso, unos cuantas décadas o incluso menos. Si hay algo que todos sabemos, es que lo mismo que venimos al mundo, también nos iremos de él. Ley de vida. Odio esa frase. No pedimos nacer, pero nacemos y vivimos, y cuando tenemos que morir ¿alguien nos da otra opción? ¿Podemos pedir quedarnos un poco más? No. Todos tenemos el destino escrito, con una fecha de caducidad para nuestras vidas.

No me consuela que es lo que hay. No me consuela que no podemos comprar la vida, que cuando llega llegó tu hora, llegó y listo. Pero en momentos así, o la gente pasa porque es ley de vida o ya se acostumbra a las muertes, de manera que no saben ayudar al que padece algo así en su vida.

Cada día lo veo más claro, la gente no sufre contigo. Si un amigo está sufriendo por la muerte de un ser querido, ¿no se debería sufrir también con él porque es tu amigo? Me estoy dando cuenta de que no es así. De que una vez más, yo siempre sufro con los demás, pero luego el resto no sufre conmigo.

Y duele. Porque son demasiadas muertes, de abuelos, tíos, hermanos, amigos de la familia. Es lo que tiene ser una familia numerosa y ser joven, que vas a ir viendo como se van yendo y tú te quedas aquí, en este mundo, esperando que llegue tu hora.

Quería desde aquí mandar toda la fuerza del mundo y el apoyo, a esas personas que están sufriendo ahora, y siempre se han portado muy bien conmigo y con mi familia. Estamos aquí, con vosotros.

Y decirles a mi abuela, a mi pequeño y a mi hermana, que me acuerdo siempre de vosotros, siempre. Cada día lo haré, hasta que llegue el día que nos volvamos a ver.

1 comentario:

  1. ¿cómo podrían, desde la perspectiva de
    un universo infinito, significar algo nuestros pequeños afanes?

    A los filósofos que piensan que la vida no tiene sentido se les
    llama nihilistas. Parece que, para escapar del nihilismo, tendríamos
    que hacer a un lado nuestras preocupaciones acerca de Dios y la vida
    eterna y tratar en cambio de
    hallarle un sentido a nuestra existencia finita sobre este mundo natural.
    Como dice "Lo único que cuenta es lo que
    hacemos aquí".
    ¿Y qué hay de lo que sentimos respecto de nuestras acciones?
    ¿Eso cuenta o no? Si una persona cree, por ejemplo, que no está realizando
    sus metas o que no ejerce una influencia positiva en la sociedad,
    podría sentir que su vida tiene poco o ningún sentido. Pero si su
    ocupación la hace sentir bien, si lo que hace es importante para ella,
    ¿no podríamos decir que esta persona lleva una vida significativa?
    No, eso sería demasiado fácil. Una persona puede obtener todo
    cuanto desea, pero si esos deseos son triviales

    ResponderEliminar